La maternidad es una experiencia de vida que difícilmente se puede experimentar en cabeza ajena. No solo los estereotipos y las expectativas pueden distorsionarla, sino que cada mujer la vive de manera distinta. A pesar de ello, hay problemáticas que la mayoría de las madres viven en silencio y que, aunque en muchas se traduzca en sentimientos de culpa, en realidad, la raíz es estructural, es decir, el sistema que hemos construido como sociedad pocas veces ofrece herramientas, recursos y soluciones a las necesidades reales de las familias.
Hablar sobre el bienestar de las madres implica ahondar en las historias de vida de cada una de ellas. Hay mujeres que tuvieron una experiencia difícil en el embarazo, mientras que para otras ha sido la mejor etapa de su vida. Para algunas, el mayor reto que tienen como madres es darle tiempo de calidad a sus hijos, producto de largas jornadas laborales, mientras que otras desearían retomar sus proyectos profesionales.
Sea cual sea la experiencia de vida, es necesario concientizar que la maternidad no solo involucra a las madres, sino a todos como sociedad. Por esta razón, la equidad de género, entre muchos otros factores externos, influyen en cómo las mujeres viven su maternidad en su día a día. Entonces, ¿hay algo que las madres, sus parejas o familias puedan hacer para que ellas vivan su maternidad de manera más plena? Descúbrelo a continuación.
¡Vas a ser madre!
Cuando una mujer se entera de que está embarazada, su vida no vuelve a ser la misma. A partir de allí, la prioridad se vuelca en proteger al bebé por encima de todo. Por ejemplo, es indispensable que se realice diferentes tipos de estudios y análisis de sangre para detectar su estado de salud y prevenir futuras complicaciones, así como ultrasonidos y ecografías para seguir de cerca el desarrollo del bebé.
Durante esta etapa, cuidar el estado de salud física y emocional de la mamá es lo más importante. Algunas experimentan náuseas intensas que les dificulta la ingesta de alimentos. Los antojos en otras mujeres son incontrolables, dejando en un segundo plano los alimentos de mayor valor nutricional. Sin embargo, realmente, la alimentación durante esta etapa debería ser la mejor, puesto que el futuro bebé no solo requiere de una gran cantidad y variedad de nutrientes, sino que algunas sustancias, alimentos y hábitos podrían afectarlo.
Aunque muchas tengan conocimiento de esto desde el principio, las sorpresas siempre están a la orden del día: cansancio extremo, estreñimiento, gastritis, encías sangrantes, cambios en su cuerpo, piel y estado de ánimo, entre muchos otros escenarios. Si a esto le sumamos el nerviosismo de que todo salga bien y el estrés laboral para las mujeres que trabajan, contar con una red de apoyo, llámese pareja, familia o amigos, cumple un rol fundamental para ayudarlas a vivir esta etapa de la manera más tranquila posible.
La llegada del bebé
Actualmente, se sabe que reducir el posparto a una cuarentena no se acerca a la realidad. La hormonas no son las únicas responsables, también lo es el cansancio y la adaptación a la nueva vida con el bebé. Para vivir esta etapa de la mejor manera posible, las nuevas mamás deben evitar preocuparse por las expectativas de los demás. Incluso, si miembros de la familia o amigos desean conocer al bebé, deben visitar con la mentalidad de apoyar, evitando que la madre sienta la presión de tener que atenderlos como invitados.
El rol de la pareja es fundamental, ya sea para hacerse cargo del mayor número de tareas domésticas que le sea posible o para compartir las responsabilidades de cuidado del bebé junto con la madre. Asimismo, los abuelos, familiares o una persona cercana puede ser un apoyo invaluable. El descanso no solo es una de las mayores prioridades para las madres, sino que, en el caso de la lactancia materna exclusiva, es necesario garantizar que su cuerpo se recupere para prevenir estragos en su salud.
La buena noticia es que hoy las familias tienen mayor libertad para decidir lo que mejor les funciona. Por ejemplo, hay madres y padres que duermen en la misma cama o cuarto con sus bebés, y otros que se turnan para dormir al bebé en su recámara. Independientemente de ello, lo más importante es que les sea funcional tanto a la madre como a la familia. Si tomamos en consideración que entre el 13% y el 15% de las madres padece de depresión posparto, es necesario estar alerta ante síntomas como ansiedad, confusión, culpabilidad, desconexión e incapacidad de atender las demandas del bebé.
El autocuidado en la maternidad
La terapeuta Kaitlin Soule, autora de “A Little Less of a Hot Mess: The Modern Mom’s Guide to Growth and Evolution”, ha señalado que el autocuidado en la maternidad va mucho más allá de recibir masajes o salir los fines de semana, las cuales son alternativas a corto plazo que no se centran en el problema real: es necesario ponerse como prioridad más allá del rol de madre o profesional. No se trata de desconectarse, sino todo lo contrario: al centrarse en lo que la nutre de raíz y a largo plazo, se sentirá más sintonizada con su vida.
¿Supermamá? El secreto también reside en no sobreexigirse ni asumir más cargas de las que le corresponden: es importante construir un hogar más equitativo para evitar el agotamiento, por más incómodo o desafiante que parezca. Tal como señala un artículo en The New York Times, para reducir el agotamiento en la maternidad, Lucia Ciciolla, investigadora de psicología en la Universidad Estatal de Oklahoma, destaca cuatro factores: satisfacción con las amistades, autenticidad, sentirse vistas y queridas, y sentirse reconfortadas. No por nada, actualmente, existen grupos de mujeres que hacen comunidad a través de distintas plataformas sociales para compartir sus experiencias de maternidad y así sentirse acompañadas.
¿Un consejo final para las madres? Escuchar a tu cuerpo y hacerle caso a tu intuición siempre será la mejor guía. En ocasiones, la mejor decisión es detenerse y descansar. Otras veces es necesario equivocarse para cambiar de opinión y emprender un nuevo camino. Lo que las madres y las familias deben saber es que, sea cual sea su experiencia, siempre pueden buscar ayuda y apoyarse en profesionales que les ofrezcan herramientas para desarrollar una mayor inteligencia emocional, la cual es la llave para vivir una maternidad con mayor satisfacción, flexibilidad, paciencia, equilibrio y autocuidado.
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