¿Alguna vez has pensado cómo la sociedad moderna normaliza conductas, estilos de vida y patologías que no necesariamente son saludables? Detrás de la narrativa de sentirse útil siendo muy productivo, puede haber una definición de éxito personal que gira alrededor de lo que haces y no de quién eres. El temor al fracaso profesional, a la carencia económica y, sobre todo, a poner sanos límites en el trabajo, podría estar poniendo en jaque tu salud mental. Este mes de papá, te invitamos a replantear aquellas causas y condiciones que podrían estar ocasionando que un gran número de personas padezcan el síndrome de burnout.
Cuando hablamos de burnout, nos referimos al agotamiento físico, mental y emocional relacionado con el desempeño laboral. Esto puede ser originado por trabajar en exceso, estar bajo estrés constante o haber pasado por un periodo de mucha presión. Además de la fatiga física, algunas de las señales más características son la apatía, la indiferencia, la impaciencia, poca concentración y, como consecuencia, el bajo rendimiento laboral.
No solo padecimientos como la ansiedad y la depresión pueden desencadenar este síndrome: también el tener pocas herramientas emocionales para sobrellevar una determinada situación en el contexto laboral. Como te imaginarás, hay quienes pueden somatizar con dolores de cabeza, estómago, mareos, taquicardia, hormigueo, insomnio o dormir en exceso, mientras que otros incluso pueden estar bebiendo y/o comiendo en exceso, tener estallidos emocionales y llantos repentinos. Sin embargo, ¿qué lo origina?
En materia laboral, hay muchos detonantes de estrés que pueden producir agotamiento, como cargas de trabajo elevadas, poca satisfacción con lo que se hace, un ambiente laboral conflictivo y el no tener un equilibrio sano entre el trabajo y la vida personal. Quizá hayas escuchado que la solución está en comer saludablemente, dormir mejor, hacer ejercicio, tener actividades recreativas con amigos y familia, practicar un hobbie, etcétera. Sin embargo, la realidad es que, si bien puede ayudar, nada de esto soluciona el problema desde su origen.
Cómo erradicar y prevenir el burnout de raíz
Si hablamos en específico del género masculino, solemos suponer que tienen una menor predisposición a compartir sus emociones y pedir apoyo. Si bien esto puede ser cierto en algunos casos, la realidad es que las mujeres también padecen este síndrome en un alto porcentaje. De ahí radica la importancia de recibir ayuda profesional, por ejemplo, de un terapeuta, e incluso de un psiquiatra para casos más graves, quienes te ayudarán a observar la situación desde una nueva mirada. Esto, en definitiva, te permitirá tomar decisiones.
En ciertas personas, detrás del burnout puede haber una autoexigencia muy elevada, debido a su poca tolerancia al error y al fracaso. Esto, por ejemplo, es consecuencia de un sistema de creencias basado en el perfeccionismo y la rigidez, al cual la persona estuvo expuesta en edades formativas, como la infancia. También es común que las personas que tienen un elevado sentido de responsabilidad estén dando más de lo que en realidad pueden ofrecer.
Asimismo, el padecer este síndrome puede deberse a la incapacidad de establecer límites sanos con otros. ¿Eres de los que a todo dice que sí? Recuerda que por cada “no” que das a los demás, es un “sí” para ti. Bajo una perspectiva sana, la salud mental nunca es negociable. Sin embargo, la complacencia y el temor al rechazo suelen ser incentivos para que las personas permitan que otros, incluyendo en las relaciones laborales, transgredan sus límites.
De la misma manera, es sumamente importante priorizar la salud del cuerpo y cuestionar todas aquellas conductas y situaciones que conllevan someterlo a cualquier tipo de exceso, ya sea comer mal, dormir poco y trabajar muchas horas seguidas. Evidentemente, llega un momento clave en este síndrome: o tomas tú la decisión, o tu estado de salud la tomará por ti.
Como decíamos en un inicio, no todas las situaciones son iguales. Hay quienes no pueden darse el “lujo” de renunciar a su empleo porque mantienen a una familia, tienen deudas o créditos que pagar, entre muchas otras razones. Esto puede significar que tengan que tolerar abusos por parte de los empleadores, incluyendo cargas de trabajo poco realistas. Sin embargo, tarde o temprano, será indispensable buscar alternativas reales y sostenibles en el tiempo. No por nada, en numerosos casos, el tratamiento suele implicar la interrupción total de las actividades laborales.
Para cerrar, es indispensable puntualizar que acudir con un profesional es clave para tener el diagnóstico correcto, especialmente para diferenciarlo de otras enfermedades como la depresión. Asimismo, un cambio en el estilo de vida, indudablemente, resulta imprescindible, como el implementar mejores hábitos alimenticios (eliminar procesados, azúcares y bebidas embriagantes) y establecer rutinas saludables, las cuales deben incluir espacios para las relaciones personales.
Adicionalmente, la exposición al silencio es un gran tratamiento de apoyo para equilibrar el cuerpo físico, mental y emocional. No pantallas, llamadas, celular, dispositivos electrónicos o música: simplemente estar, sin hacer. Interesante, ¿cierto?
Ahora ya lo sabes: el mejor regalo en este Día del Padre, particularmente para todos aquellos que pueden estar atravesando por el síndrome de burnout, es ayudarles a hacer conciencia de esta enfermedad y buscar ayuda profesional.
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